Sordera

En innumerable cantidad de publicaciones se han dicho muchas verdades y mentiras sobre la actividad de Taekwon-Do, su historia y desarrollo, fundamentalmente después del fallecimiento de su Fundador.

Lo dicho o narrado en notas en los distintos medios sociales dan cuenta de muchas realidades que los lectores aprueban dando certeza a lo allí publicado, esencialmente por aquellos que han sido contemporáneos de esos acontecimientos. Los intentos de distorsión de verdades publicadas son el pan nuestro de cada día, no obstante y a pesar de ello, la verdad es inocultable y la tergiversación es de corta duración.

Es evidente que los escritos no son una mera narrativa sino que tienen como destinatario al practicante, al Instructor y al dirigente. El primero normalmente tiende a dudar porque la versión que le han contado es concordante a veces con lo publicado y en ocasiones no.

A los otros (Instructores y dirigentes) es difícil confundirlos con tergiversaciones porque su relación con el manejo del arte es más directa antigua y  cotidiana, sin embargo en ocasiones suele suceder.

Hay un factor común en todos los casos que llama la atención e impone reflexionar sobre el particular, me refiero al no actuar en consecuencia de lo escuchado, leído y averiguado. Es algo así como enterarse que en el camino que se transita hay un pozo o abismo pero se sigue avanzando igual por el mismo sendero haciendo oídos sordos a la información recibida. Lo peor, es que mientras caen por el barranco gritan desconsolados y echando culpas por el destino que les ha tocado, sin reconocer la responsabilidad que tienen en lo sucedido.

Las informaciones son valiosas siempre y cuando se proceda en consecuencia, de lo contrario no quejarse luego.

La diversidad institucional acarrea inevitablemente la diferencia biomecánica, deportiva y de administración, ergo, el camino inexorable a la atomización estilística. Hay grandes gurúes por ahí que han hecho modificaciones asombrosas, dando por tierra con la información literaria y los videos del propio fundador, lo curioso es que la gente acata los absurdos mandatos sin chistar.

Hace unos 10 años  se puso de moda la fabricación de caciques a edades prematuras y sin que el consejo de indios los haya nombrado. Algunos salieron siendo indios una noche y al otro día regresaron como caciques con certificaciones obtenidas en una repartija de plumas hecha entre gallos y media noche.

En una nota anterior creo haber mencionado algo al respecto en el sentido que para poner claro sobre oscuro todos los “caciques” deberían publicar sus certificados de 4to Dan en adelante para aventar dudas. Los tiempos y edades entre grados están preestablecidos desde los comienzos de la actividad en el mundo, sin embargo algunos pillos usan un penacho cuando todavía deberían usar una sola pluma. Juguemos en el bosque ahora que el lobo no está reza un cuento infantil. Integridad le llamó el General a este asunto ¿Usted qué opina?

¿Tiene esto que ver con la atomización? Pues sí, es el eje del asunto, de lo contrario como unificar si no hay una regla que regule la actividad. Además se corre el riesgo de trabajar con la pirámide invertida donde la base es más pequeña que la cúspide, dentro de poco va a haber más caciques que indios.

Dicen por ahí que no hay peor sordo que aquel que no quiere oír.  Gracias por su atención.

Senior Grand Master Ricardo Desimone

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