Triunfalismo

Uno de los detalles que normalmente se señalaban décadas atrás para diferenciar al Taekwon-Do fundado y desarrollado por el Gral. Choi Hong Hi y el hoy llamado Taekwondo Olímpico, era el empecinamiento de este ultimo enfatizando que la actividad era un deporte. Entre otras cosas, esta estrategia fue usada para acceder al olimpismo, pero una vez conseguido este objetivo, empezaron a teñirlo de arte marcial también. En ese entonces, toda actividad del organismo llamado WTF era la organización de competencias. Para poder alimentar ese destino, las clases se orientaban exclusivamente al aspecto deportivo soslayando toda atención a quienes no tuviesen aptitudes para ese campo. En el otro lado de la moneda llamada Taekwon-Do estaba el arte pergeñado por el Gral. Choi cuyas clases eran orientadas a enseñar la disciplina marcial tal y como fuese concebida por él como su fundador. En este desarrollo marcial estaba incluida la faceta deportiva en condiciones tales que pudiese ser llevada a cabo sin interferir en el desarrollo originalmente previsto.  El énfasis puesto en el sistema pedagógico que se difundía en todo el mundo por igual de la mano de su creador en los seminarios y en la de sus Maestros e Instructores autorizados en las clases cotidianas, permitió que la diferencia entre Taekwon-Do y Taekwondo fuese muy marcada.

“Juguemos en el bosque ahora que el lobo no está”, reza una frase de una conocida historia infantil. Ante la desaparición física del General, el sistema pedagógico por él diseñado empezó a desdibujarse. Aquel aspecto deportivo que si bien estaba incluido en el desarrollo de la actividad para quienes ya hubiesen desarrollado herramientas para actuarlo, apartó a los codazos al arte marcial para predominar en el nuevo sistema pedagógico. El cambio psíquico no se hizo esperar y la nueva forma de pensar era más deportiva que marcial, a punto tal, que todo aquello que no estuviese relacionado con la competencia, es mirado de soslayo. Los conocimientos del arte para la defensa personal son temas a tratar esporádicamente, más por obligación que por convicción. Esta nueva forma de proceder conlleva una nueva forma de pensar que le pasa por encima al Do y a los conocimientos físicos necesarios para la autodefensa y con actitud de total desinterés. Participar en cuanto torneo se presente es parte del ritual, no importa si este es barrial o nacional. La medalla o el trofeo se han constituido en el objetivo a lograr.

Nadie repara que si lo nombran campeón nacional es solo de la institución que patrocina el evento. No lo puede ser nacional completamente porque hay infinidad de instituciones que también proponen esto.

Con los campeones continentales y mundiales pasa lo mismo aunque no se diga.

En la diversidad de entidades está la diversidad de reglas para la competencia y cuando esto pasa el campeón de una organización puede que en otra no lo sea, ya que las regulaciones que rigen la competencia cambian. Lo dicho pone de manifiesto que la cabeza del practicante tiene un horizonte llamado triunfalismo cuyo único destino es un premio acuñado en ilusiones. En otras palabras el triunfalismo ha cobrado vida y el arte marcial está agonizando. El triunfalismo trae consigo una forma inequívoca de pensar y de perseguir objetivos. Cuando se consigue algún campeonato se comienza a soñar con estamentos más altos. Si lo conseguido es nacional, el próximo debe ser continental y si este se logra, el que sigue es mundial. Si este último se consiguiese se comienza a pergeñar la idea de YO EL MEJOR, EL INVENCIBLE.

Es curioso pero en la defensa personal no se piensa así, ya que salvar el pellejo es el único triunfo buscado. Para quienes piensan YO EL INVENCIBLE, YO EL MEJOR, es necesario recordarles que mas allá de los grandes campeones deportivos que sin lugar a dudas los hay y los ha habido, especialmente cuando el Taekwon-Do era uno solo, que el mejor siempre ha sido Kronos. Muchos han intentado despojarlo de su sitial de privilegio pero no han tenido éxito. Es invicto en todas las categorías y en todas las instituciones. Es más, su reinado abarca todas las razas y a todos los sistemas de pelea. Si Usted cree que no es así, solo tiene que desafiarlo.

SGM Ricardo Desimone

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