Lealtad y fidelidad

De acuerdo al diccionario, lealtad es también sinónimo de fidelidad que está considerada una virtud que nace a partir del respeto por la confianza que una persona deposita en otra. Por lo tanto, la fidelidad se encuentra relacionada con la confianza y la incondicionalidad hacia una persona mientras que la lealtad es el seguimiento acérrimo de una causa. O sea, se es leal a una causa, mientras que se es fiel a alguien.

En el caso de nuestra actividad, sería ser leal a Taekwon-Do y serle fiel a quien nos enseña este arte.

Ambos conceptos están tan íntimamente relacionados que resulta difícil pensarlos por separado.

No obstante, las actuales circunstancias nos obligan a reconsiderar seriamente tales conceptos.

Comenzando por esta disciplina, que aclaro no es una causa, la lealtad solo es posible hacia el arte en sí y no a la entidad que dice enseñarlo. Existe tanta variedad corporativa y biomecánica bajo el mismo nombre institucional, que es imposible ser leal al nombre de la entidad.

Este hecho trae consigo la permisividad tácita del cambio institucional sin sentimiento de transgresión.

Si bien no está establecido con esta connotación, el accionar en ese sentido de gran cantidad de personas, no deja duda al respecto.

Lo curioso de este hecho trasgresor es que el cambio institucional tiene una identificación directa con los cintos negros y no con los Gups o cintos de color. Aparentemente estos últimos guardan intacta su creencia en la definición de lealtad y fidelidad. ¿Es entonces el cinto negro el pasaporte a la trasgresión?

Si bien la fidelidad está íntimamente relacionada con la confianza y la incondicionalidad a una persona, en este caso el Instructor (que es a quien le hemos otorgado el lugar del conocimiento), también él espera se le reconozca entre otras cosas, el seguimiento incondicional de sus enseñanzas.

Cuando esto no sucede, el sentimiento de desagrado es tan grande e irreversible que no admite disculpas.

Los conceptos de lealtad y fidelidad corren juntos pero la actualidad los ha separado.

Ser leal a una institución requiere que la misma sea única, hecho éste ausente en los tiempos que nos ha tocado vivir y muy en especial para quienes hemos tenido el privilegio de pertenecer al concepto de unidad desde los inicios del desarrollo internacional del arte.

Las actuales circunstancias y sucesos entre entidades que usan desaprensivamente el mismo nombre y el desapego y falta de pertenencia institucional, hacen pensar que la lealtad es solamente hacia un cartón que lo reconoce al individuo en un nivel u otro, sin importar demasiado si el siguiente cartón lo consigue en otro lado y en manos de otro individuo. La certera sensación de que el conocimiento puede comprarse, como si este barbarismo fuera cierto, en un curso o seminario y ya.

Algo es notable: muchas personas que cambiaron varios maestros y entidades, lo único que han modificado es su grado, pero sus carencias son las mismas que antes de sus cambios institucionales.

Lo curioso es el nuevo dios llamado “entrenamiento para pelear”, no importa si este concuerda con lo aprendido en innumerables cursos o no, porque total está de moda añadir otras actividades combativas al mejor estilo MMA casero.

Por lo tanto, la lealtad está fuera de uso o es cosa del pasado.

Desgraciadamente la fidelidad ha seguido el mismo destino y aparentemente es un sentimiento antiguo y desusado. Se podrían echar culpas por doquier ante el manejo inadecuado y trasgresor de estos conceptos esenciales y fundacionales, sin embargo la introspección o mirar hacia adentro de cada uno de nosotros es el único camino posible hacia el adecuado proceder, claro está, si Usted tiene la capacidad de sentir culpa, de lo contrario ni se moleste, sería un ejercicio vano.

¿La competencia y el triunfalismo se han llevado por delante al arte marcial?

Si bien ambos conceptos (lealtad y fidelidad) están incluidos tácitamente en los principios o preceptos del arte, es importante tenerlos presentes cuando se recitan estos, ya que su inadecuado manejo ha producido gran parte de los problemas que se padecen en todas y cada una de las entidades que patrocinan Taekwon-Do.

SGM Ricardo Desimone

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