Después de haber contribuido durante muchos años a la difusión del Arte llamado Taekwon-Do a través de demostraciones en los inicios de esta disciplina y como Instructor luego, es difícil digerir la actualidad que nos circunda en el desarrollo mundial de la actividad.
A fines de los 60’s y principios de los 70’s era una constante el tener que disuadir a otras disciplinas marciales que trataban encarnizadamente de impedir el desarrollo de Taekwon-Do y que éste fuese considerado una más entre las artes marciales que para entonces estaban ya establecidas.
Afortunadamente esa corriente de pensamiento cambió gracias al esfuerzo del cuerpo de Instructores que como pioneros occidentales acompañó a los enviados Coreanos del Gral. Choi Hong Hi, Fundador del Taekwon-Do y Presidente de la por entonces única entidad federativa que internacionalmente regia sus destinos. El arte estaba en pañales en el mundo entero y la cantidad de países que apoyaban su crecimiento no eran demasiados.
No obstante y por causa de los ataques políticos que se produjeron en Corea del Sur (por entonces lugar de nacimiento y sede de la federación internacional que lo regía), esta institución y su presidente y fundador debieron exiliarse en Canadá. La otra parte de Corea (Corea del Norte) no estaba entre los países que conformaban ese movimiento federativo por ser al igual que al presente un régimen político cerrado con una casi inexistente relación con el resto del mundo. En el año 1981 y también por razones políticas el General Choi visita a ese país. En ese año y luego de un acuerdo, envía Instructores para comenzar a desarrollar allí la disciplina y poderla incorporar luego en el contexto internacional de países miembro. Por ese entonces, la federación ya contaba con Instructores occidentales en los grados 4to, 5to y 6to Dan quienes debieron asumir la responsabilidad de organizar instituciones nacionales y cubrir las defecciones de aquellos instructores Coreanos primariamente destacados por el General y que pasaron a formar parte de un nuevo ente mundial dependiente del gobierno de Corea del Sur.
El Gral. Choi enviaba Instructores o nuevos Maestros cada vez que algún país presentaba la necesidad de enderezar malos entendidos entre los nacionales de los países miembro.
Esto sucedió hasta que algunos de estos enviados intentaron socavar el liderazgo del Fundador. Este hecho determinó que el Gral. Choi decidiese poner fin a discrepancias políticas y biomecánicas viajando él en persona por todo el globo terráqueo. Dictando en persona los seminarios de Instructor Internacional logró unificar el manoseado criterio biomecánico y ordenar el desequilibrio político producido en distintos países del orbe.
Incontables entrevistas radiales, escritas y televisivas le fueron realizadas y entre las muchas anécdotas que periodísticamente se difundían, siempre y como letanía repetía: “Taekwon-Do no es un deporte, es un arte marcial. Este arte no depende de ningún país ni de ningún régimen, le pertenece a la humanidad. Ha sido creado para la humanidad y sin restricciones. Nadie puede ni debe tratar de adueñarse de él. Ya lo han intentado y solo consiguieron que creciéramos y fuésemos más fuertes. El querer apropiarse de él responde solo a dos motivaciones: 1) el manejo político (usar al arte para incursionar internacionalmente con la gente donde de otra manera no lo podrían hacer) y 2) por ambiciones económicas particulares. Ambas acciones ya fueron intentadas y personalmente me he opuesto, desactivando los intentos y logrando mantener la libertad de Taekwon-Do a como diese lugar”.
Sus memorias, su enciclopedia y reportajes filmados, dan cuenta de lo dicho precedentemente.
Temo ser reiterativo pero he sido su traductor en innumerables reportajes y seminarios durante muchos años y he traducido su enciclopedia condensada al Español, por lo tanto puedo atestiguar que lo aquí expresado es cierto.
Considero que si algún país en particular trata de adueñarse de Taekwon-Do lo hace por las razones rechazadas y explicitadas más arriba por el Fundador. Si fuese una persona quien lo estuviese haciendo, yo no dudaría que fuese por motivos económicos exclusivamente. Cualquier otra explicación que quieran darle a esa usurpación, sería una burda mentira para poder llevarla a cabo.
Una férrea oposición a la sustracción del arte es la única posibilidad de mantener esta disciplina como fue pergeñada. En algún que otro país se intentó prohibir a los practicantes el uso del diseño del dobok que el General Choi aprobara para la práctica, sin embargo lo conseguido por quienes intentaron esta vergonzosa acción fue que fuesen marginados ellos por todos los practicantes.
Es necesario recordar que el único dueño del Taekwon-Do es el practicante.
SGM Ricardo Desimone
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