El mundo del revés

En Taekwon-Do siempre ha habido una confusión en la descripción de las actitudes y con el lenguaje que se emplea, hecho este que condiciona la relación con los estudiantes.

Al alumno indudablemente le enseña quien está cumpliendo esa función todos los días que asiste a clase sin importar la jerarquía que este ostente.

Cuando Taekwon-Do se dio a conocer fuera de las fronteras de Corea (del sur) que es donde nació, las jerarquías de Master, S. Master y G. Master eran prácticamente inexistentes. Los primeros portadores de conocimientos sobre este arte ostentaban la categoría de Instructor (4to a 6to Dan).

Sin embargo, esto resultó suficiente para que la disciplina pudiera enseñarse en todos los países donde estos Instructores difundían sus conocimientos. Con el paso del tiempo y la evolución del Taekwon-Do, fue creciendo la escala jerárquica de quienes ocupaban el lugar de la instrucción.

La jerarquía de Master y S. Master  (7mo y 8vo Dan respectivamente) coincidía con la experiencia en el campo pedagógico y con el grado de conocimiento que estos tenían. El grado de G. Master (9no Dan) solo lo ostentaba el Graneral Choi. Los lugares que otrora dominaban los primeros enviados del Fundador, comenzaron a ser ocupados por los pioneros de los distintos países donde el arte se desarrolló.

Mientras este proceso se desarrollaba, la categoría de ayudante de Instructor (1ro a 3er. Dan) existía en el diagrama jerárquico que describía el escalafón. En la práctica todos los que estaban frente al alumnado y eran responsables de la evolución del mismo, eran considerados Instructores. La cantidad de cintos negros que dedicaban su tiempo a esta función era muy escasa.

No obstante, la potestad para examinar al alumnado estaba establecida al igual que en el presente para quien ostentase el grado de 4to. Dan o superior con el certificado de Instructor Internacional otorgado por la única entidad en todo el mundo por aquellos tiempos.

Como se dijo, el grado era coincidente con el conocimiento, no obstante éste no estaba relacionado con el éxito deportivo.

Ha habido no pocos casos donde los éxitos en el deporte no eran coincidentes con los éxitos pedagógicos. Digamos que ambas aéreas requieren manejos específicos, siendo raros los casos donde estos coinciden.

Hoy donde aparentemente el Taekwon-Do ha cambiado las proporciones entre lo marcial y lo deportivo, se ha vuelto necesario redefinir las jerarquías. ¿Es más necesario un entrenador que el instructor?

Al presente el éxito deportivo parece ocupar un lugar de relevancia desmesurada. El conocimiento, la capacidad pedagógica y el nivel cultural de quien ejerce la instrucción, no parecen tener demasiada importancia.

A pesar de ello, hay lugares que son inalterables: Instructor es el que enseña y tiene contacto directo con el alumno todas las clases. Master y G. Master son lugares jerárquicos que bien adquiridos y utilizados permitirán ordenar el campo pedagógico con los instructores para que estos puedan trasladar este conocimiento a sus alumnos, que pueden ser Gups y Danes.

Masters y G. Masters se convierten en instructores cuando enseñan a sus estudiantes directos en la clase de entrenamiento diario.

Como verdad relevante, los entrenadores solo son necesarios para ayudar a un competidor en el área deportiva. El Instructor en cualquiera de sus jerarquías o Grados es quien realmente enseña a los alumnos (sean esto competidores o no).

Es imperativo reparar la ausencia de conocimientos teóricos. La falta de tiempo de maduración necesario entre cada promoción, ha producido una sobredimensión de altos grados, la mayoría de ellos «obtenidos» antes de tiempo. Estas forman parte del ejército de promociones que han roto todos los parámetros originalmente preestablecidos por el Fundador.

Siempre se pretendió una sola entidad reguladora de la disciplina para garantizar una escala jerárquica respetuosa y respetada y un cuerpo de Instructores que dignificaran con su capacidad y conocimientos el arte. Las certificaciones o diplomas deberían ser otorgados cuando el conocimiento y el tiempo preestablecido de maduración en el grado están corroborados y cumplidos, caso contrario es solo una venta de cartones que denigra a quien lo recibe y a quien lo otorga.

El Taekwon-Do del Gral Choi no es más una sola entidad reguladora del arte, no tenemos una escala jerárquica promovida en tiempo y forma, no existiendo tampoco un lenguaje único. Por lo tanto, el cuerpo de instructores que enfrenta todos los días la digna tarea de enseñar, debe hacerlo en términos dubitativos: no existe un solo parámetro técnico porque hay muchos, no existe una sola regla deportiva porque también hay varias, los tiempos mínimos entre grados se respetan a conveniencia. En fin, el mundo del revés.

SGM Ricardo Desimone

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